QUIEN A RIOJA VINO…

TODO EL MUNDO DEL VINO DE RIOJA A UN SOLO CLIC

LOGROÑO

 

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Llega septiembre y el pulso de La Rioja cambia, se acerca la vendimia y la nueva cosecha. Una buena excusa para visitar Logroño. Será el momento de pasar de la teoría a la práctica y, siguiendo el consejo de Gonzalo de Berceo, disfrutar de la vida con un vaso de vino en la mano, sin prisas, en compañía de los amigos… ¡Qué placer!

Comienza, un año más, un proceso que se repite desde tiempo inmemorial: la vendimia y su posterior elaboración y crianza de los caldos. Y Logroño, la histórica ciudad con fuero propio desde el año 1095, se prepara para la recogida de la uva. Nada nuevo en una tierra que vive intensamente la cultura del vino: ya en 1632 los propietarios de las bodegas de la logroñesa calle de la Rúa Vieja pidieron al Ayuntamiento que prohibiera a los carruajes el paso por esta zona para favorecer la calidad de sus vinos protegiendo la quietud de los calados. Y es que aquí cuando se habla de vino la gente se pone seria, siempre ha sido así.

Un buen punto de partida para conocer Logroño a fondo es tomar la concatedral de Santa María de La Redonda. Gótica en su origen, bajo sus casi gemelas torres ejemplos del Barroco riojano, veremos a los primeros parroquianos que, jubilosos, dirigen sus pasos a la calle San Juan, una de las dos rutas de chiquiteo que marcarán nuestra visita. Nada mejor que seguir su ejemplo, vamos a ello… ¡valor!

redonda sepia

La tortilla de patatas de La Travesía con un cosechero –el vino del año-, hará que nuestro deambular tenga un inicio de lo más agradable. Junto a él un lugar recomendable, coqueto y aseado, el Umm, donde se cuida el pincho al extremo. Algunos de ellos han conseguido premios en el concurso que cada año organiza el Ayuntamiento. Unos pasos más allá nos encontraremos La Segunda Taberna, donde se hace imprescindible pedir una ración variada de setas. El punto final lo pondremos con una trilogía de cuidado para los amantes del buen vivir: Tastavin, Torres y Vinissimo, que combinan buena gastronomía con grandes vinos. Tres lugares para ponerse al día en los llamados “vinos de corte moderno” y de autor. Calle San Juan, entrañable para los logroñeses. A pocos pasos, cruzando El Espolón, un local con mucha clase y perfecto para descansar un rato en su terraza: el Wine Fandango.

wine fandngo

Más abierta para los turistas es la calle San Juan, la popular “Senda de los Elefantes”–que así se le conoce porque el dicho popular afirma que todo el que entra sale con una gran trompa– donde desordenadamente se agolpan más de 50 bares. Vamos a empezar con cuatro incorporaciones de “última generación” que ofrecen pinchos de diseño y buenos tintos: son el Tívoli, la Taberna del Tío Blas, DO Laurel y La Tavina. Seguimos, ya cuidando nuestros pasos, que el vino, por excelente que sea merma ligeramente nuestras entendederas, a por un par de clásicos: los pimientos rellenos del Sebas y las bravas del Jubera deben estar siempre presentes en nuestros pensamientos; me dolería dejar olvidados los morunos del Páganos. Dicho queda. Unos pasos más adelante saludaremos al bueno de Miguel en el Sierra de la Hez: pequeño pero acogedor, esta tasca “de las de siempre” nos tienta con una barra y una selección de caldos interesante. ¿Qué tal una gilda?, insuperable. Enfrente inexcusable el Pata Negra con una selección amplia y acertada de riojas. Vamos terminando con “la Laurel”; unos “champis” de El Soriano suponen el colofón perfecto para dejar a los “paquidermos” en su hábitat natural, “La Senda”.

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Pero nosotros a lo nuestro… Tras un mínimo respiro dando un paseo por la Plaza de Abastos -el Mercado de Logroño que apenas dista 15 metros de la calle Laurel- viendo la huerta riojana en todo su esplendor, tres direcciones más en la paralela calle de San Agustín: visitar Logroño y no entrar en El Soldado de Tudelilla para que Manolo nos prepare una ensalada de la huerta riojana sería un pecado. El Rincón de Alberto ha supuesto una de las sorpresas más agradables de los últimos años, con una barra donde las tapas alcanzan el sobresaliente: unas croquetas o unas alcachofas con uncrianza… para chuparse los dedos. ¿Queda hambre? Pide mesa en En Ascuas y haz que te sirvan unas chuletillas al sarmiento con algo “de verde” para que pase… Al salir un café en el histórico Moderno y luego a echar una cabezadita en un hotel con auténtico encanto, el Calle Mayor. Cuando despiertes pensarás que lo vivido ha sido un sueño, porque resulta difícil haber disfrutado tanto en un solo día. Como para perdérselo…

Y nos dejamos en el tintero –que estas líneas están más dirigidas a las delicias de la holganza y el placer vitivinícola-, toda su oferta cultural, extensa y de calidad. El Camino de Santiago tiene fin de etapa en Logroño, iglesias como La Redonda, Santiago, la imperial Santa María de Palacio o la románica San Bartolomé, el Centro de la Cultura del Rioja en plena ruta jacobea, el Cubo del Revellín que nos relata la heroica resistencia al asedio francés, el Ayuntamiento de Moneo, el singular Riojafórum a orillas del Ebro en un parque de gran belleza… Toda una historia que merece ser conocida.

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BODEGAS DE LOGROÑO

LAS IMPRESCINDIBLES

Algunas de ellas marcan el paso del rioja y otras comienzan a hacerlo. Hablar de Marqués de Murrieta es hacerlo de una histórica, hacerlo de Viña Ijalba y Marqués de Vargas representa mentar a la renovación que sufrió la Calificada hace quince años y qué decir de Olarra o Campo Viejo y sus impresionantes instalaciones, presente y el futuro de esta tierra. Visitar alguna de ellas, como Franco Españolas disfrutando de sus calados centenarios, a apenas 250 metros de la calle Laurel, no es sólo un consejo, ¡es una obligación! Una experiencia fascinante que nos colocará en el punto exacto de la realidad del rioja. Para concertar una cita, visita la web del Consejo Regulador.En estas catedrales del vino -¡qué digo catedrales, paraísos vitivinícolas-, hay que dejarse llevar, escuchar a los mayores y, si te dan permiso, echar un trago. Ver, oír y beber, la trilogía de la felicidad, ¿quién dijo que la vida no es bella?

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EL «VOTO A SAN BERNABÉ»

Íntimamente vinculada al Camino de Santiago y siempre disputada por su interés estratégico por navarros y castellanos, la historia de Logroño –tras ser arrasada por el Cid- comienza cuando es repoblada por Alfonso VI y le es concedido el Fuero de 1905. Tras la heroica resistencia a las tropas francesas en 1521, con el célebre mensaje de Vélez de Guevara al general Asparrot, “Logroño no abrirá sus puertas al enemigo, interim uno de sus habitantes tenga vida para combatir. Nos defenderemos hasta la muerte”. Carlos V añadió las tres flores de lis al escudo de la “muy noble y muy leal, ciudad para que perdurase la memoria del triunfo y se juró el “Voto a San Bernabé”, patrón de Logroño, que se celebra cada 11 de junio.

AYUNTAMIENTO

Más información:

www.lariojaturismo.com

www.riojawine.es

www.logroturismo.org

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