La Ruta de los Monasterios
Asociar a La Rioja únicamente con el vino puede hacer que dejemos en el tintero otros muchos encantos de la tierra donde nació el castellano. Con la excusa de conocer el lugar donde hace más de diez siglos un monje escribió las célebres glosas, os proponemos una rápida ruta por cuatro monasterios riojanos llenos de historia.
San Millán de la Cogolla
Yuso y Suso conforman un conjunto de monasterios únicos en nuestro país. Desde 1997 es Patrimonio de la Humanidad. Suso, “el de arriba”, se encuentra en un lugar idílico, sobre el valle del Cárdenas y dominando el monasterio de Yuso. Es un edificio mozárabe lleno de misterio en el que se encuentran los sarcófagos de los siete infantes de Lara y una importante necrópolis de los monjes con enterramientos en cuevas. El de Yuso, “el de abajo”, posee un tesoro de marfiles tallados que recubrían dos arquetas del siglo XI expoliadas por las tropas de Napoleón; se conservan 14 plaquetas románicas de las 24 originales de extraordinario valor. La biblioteca conserva 10.000 volúmenes con algunos incunables de enorme trascendencia.
En el margen derecho del folio 72 del códice Emilianense 60 leemos una doxología que en parte es traducción del latín y en parte cosecha del glosador, que va tomando notas en el habla del pueblo, en romance, para comprender la gramática y comprender los significados. Son las Glosas Emilianenses.
«Cono aiutorio de nuestro dueno, dueno Christo, dueno Salbatore, qual dueno get ena honore, e qual duenno tienet ela mandatione cono Patre, cono Spiritu Sancto, enos sieculos de losieculos. Faca nos Deus omnipotes tal serbitio fere ke denante ela sua face gaudioso segamus. Amen».
Monasterio de Valvanera
Situado a apenas 14 kilómetros de Anguiano, el monasterio de Valvanera posee un enorme valor simbólico para los riojanos, ya que en su iglesia se venera a la Virgen de Valvanera, patrona de La Rioja y los Cameros. Su emplazamiento en plena montaña le otorga una tranquilidad absoluta, únicamente rota por los visitantes de su hospedería y por el ir y venir de los monjes benedictinos en el trajín del canto de los oficios además de la elaboración de su famoso licor.
Monasterio de Cañas
Su fundación data del año 1170, año desde el que las monjas del Císter lo habitan. La iglesia y la sala capitular son de extraordinaria belleza por su pureza y sencillez de líneas, cuenta con veinte grandes ventanales que, en lugar de estar cubiertos por cristaleras, lo están por láminas de alabastro blanco que dan un toque sencillamente mágico al conjunto. En su interior destaca el sepulcro gótico de Urraca López de Haro de finales del s. XIII.
Santa María la Real de Nájera
Corte de reyes, la imperial Nájera cuenta con esta joya fundada por García Sánchez III, rey de Navarra, en el s. XI sobre una cueva donde encontró casualmente una imagen de la Virgen. Todo en Santa María la Real es majestuoso, desde el panteón real en el que reposan infantes de Castilla, León y Navarra entre sepulcros de reyes –el románico de Doña Blanca de Navarra destaca entre todos ellos- a la sillería del Coro Alto, el conjunto impresiona. Pero lo mejor lo encontramos en el Claustro de los Caballeros, con las galerías adosadas a la roca; las tracerías platerescas de sus vanos agudos son de gran belleza.