
La inquietud es el secreto para descubrir nuevos horizontes. Y es precisamente actividad lo que se respira al entrar en Santalba, la bodega de Gimileo donde Laura y Roberto han tomado el relevo de su padre Santiago Ijalba. Un ejemplo de este afán es un vino que se presume ideal por su singularidad para estas Navidades, su Santalba Amaro.
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