El invierno y el frío hacen que nuestro organismo proteste y se rebele pidiendo tregua y alguna que otra alegría. El vino puede ser un buen antídoto, incluso necesario, ante el desánimo que producen estos días tristes tan propios de final de febrero. Leyendo el otro día un artículo –humorístico, quede claro– de los compañeros de Vinetur, detecté en mi propio cuerpo varios de los síntomas que denotan la falta de vino y de bienestar físico y mental. No lo dudes, si sientes alguna señal parecida a las siguientes, ¡hay que ponerse “manos a la obra”! Sigue leyendo