Interesantísima la iniciativa que desde hace unas cosechas sigue Bodegas Sonsierra. Estamos en pleno siglo XXI y hay que utilizar y valerse de lo que los nuevos tiempos son capaces de ofrecernos. Tradición y modernidad de la mano, ése es el futuro. Uno de estos avances es el de la teledetección. La cooperativa de San Vicente de la Sonsierra cuenta con 516 hectáreas de viñedo repartidas en 1.485 parcelas, que controla de forma exhaustiva aplicando lo que se conoce como viticultura de precisión.
“Utilizando la técnica de teledetección capturamos imágenes aéreas de nuestros viñedos mediante sensores multiespectrales ubicados en una avioneta, capaces de captar diferentes frecuencias de luz, invisibles al ojo humano, que emiten las viñas. Esto nos permite tener, a tiempo real, cada una de nuestras parcelas perfectamente georreferenciadas y conocer cuál es su vigor y los diferentes datos agronómicos que poseen.
Con toda esta información almacenada realizamos las pertinentes valoraciones a pie de campo. Durante la etapa de maduración las fotos multiespectrales, junto con los muestreos y catas de uva, son esenciales para realizar la vendimia en el momento óptimo, consiguiendo planificar una cosecha más selectiva, por calidades. Así es como en Sonsierra somos capaces de seleccionar la uva desde la viña, para conseguir los distintos perfiles de nuestros vinos”.
Los viñedos de esta cooperativa se asientan sobre terrenos de diversa índole, desde las pendientes de las faldas de la Sierra de Cantabria a 770 metros de altitud hasta los relieves ondulados, en terrazas a 420 metros en la zona baja del Ebro. La teledetección se convierte, en esta diversidad de viñedos y terruños, en una ayuda de enorme valor para su control.
Bodegas Sonsierra, a su manera, se suma con hechos al reciente manifiesto suscrito por casi 150 profesionales del mundo del vino a favor del terruño. Este escrito, al que Quien a Rioja vino… se une de manera ferviente, resume la jornada de debate y discusión llevada a cabo a finales del año pasado –impulsada por Telmo Rodríguez- en el Club Matador de Madrid. Un manifiesto que aboga por la diferenciación de los suelos y los paisajes abanderando la doctrina de la calidad para dar la importancia que se merecen las mejores parcelas y los lugares más excepcionales.
MANIFIESTO COMPLETO
Manifiesto Club Matador. Los viñedos de excepción
“España es el país de Europa con mayor riqueza en biodiversidad y paisajes, pero al mismo tiempo es también uno de los más cuestionados en cuanto al respeto y conservación de su entorno se refiere. El mundo del vino no es una excepción.
El sistema de denominaciones de origen ha sido eficaz para poner las cosas en su sitio desde el punto de vista del origen, pero no ha tenido como objetivo la diferenciación de los suelos y los paisajes ni ha abanderado la doctrina de la calidad. En España se han desarrollado políticas para convertir nuestro viñedo en el mayor del mundo, pero no ha habido acciones encaminadas a convertirlo en el mejor.
Sin embargo, tenemos la historia, los sitios y también la pasión necesaria para sacar adelante las mejores parcelas y los lugares más excepcionales.
Por esta razón, creemos que es necesario realizar cambios profundos y abrir un nuevo camino que permita poner en valor el indudable patrimonio vinícola que tenemos. Debe ser un cambio global que afecte a todos y cada uno de los estamentos del sector, desde los productores hasta la Administración.
Todos los grandes vinos del mundo son el reflejo de viñedos excepcionales. Por eso las más prestigiosas zonas vinícolas han legislado siempre partiendo de esos viñedos extraordinarios, con objeto de defenderlos y protegerlos.
Estamos convencidos de que la mejor forma de identificar los vinos en relación a su origen, calidad, identidad y autenticidad es promoviendo una estructura piramidal. En la base estarían los vinos elaborados con uvas procedentes de cualquier lugar de las denominaciones de origen, después los vinos de pueblo y, en la cima de la pirámide, los vinos de parcelas.
Todos los productores saldrán ganando. Pensamos que subiendo el listón y exigiéndonos más podremos mejorar, seremos capaces de explicar mejor la realidad vinícola de nuestro país y ayudaremos a vender mejor el resto de los vinos.
Por todo ello, pedimos a los Consejos Reguladores que sean sensibles a la nueva realidad vitivinícola que está aflorando en España y que ayuden a mostrar la diferenciación dentro de cada una de las denominaciones existentes en nuestro país. Porque sabemos que esa diferenciación es el principio de la excepcionalidad y porque el movimiento de los vinos de terruño es imparable y se perfila, además, como el mejor camino para lograr que el vino español sea cada vez mejor y más apreciado”.