La tormenta viene de lejos, pero por fin se ha desatado con toda su virulencia: Artadi abandona la Denominación de Origen Calificada Rioja. En medio de una furibunda diatriba entre unos y otros –con marcado tinte político en muchos casos-, la prestigiosa Bodegas y Viñedos Artadi se va. Y lo hace sola, su prestigio y buen hacer serán a partir de ahora su único aval. Aquí no hay ni amenazas ni chantajes, es un hecho. Y me parece honrado y legítimo.

Hace concretamente 10 meses Juan Carlos López de Lacalle lo avisó: “En La Rioja la DOC ampara a todos por igual, sin distinguir suelos, viñedos ni zonas. No me interesa ni la globalización ni que sea únicamente el tiempo de crianza en barrica lo que diferencie unos vinos de otros. Nuestro mensaje se diluye en esta concepción”.

Aunque en La Rioja sea una decisión ciertamente insólita, la singularidad es una senda por la que otros bodegueros caminan hace tiempo. Gutiérrez de la Vega (DO Alicante) y Raventós i Blanc (DO Cava), por ejemplo, ya saben lo que significa abandonar el paraguas de una Denominación de Origen.

En declaraciones a El País, López de la Calle no deja lugar a la duda en sus razones, “esto es una guerra de modelos de negocio. Se está confundiendo una cuestión de nacionalismos con la hegemonía económica de un sector; mi proyecto de futuro no encaja con el de una denominación de origen cuya intención absolutamente legítima y honesta es crecer. Pero yo defiendo que hay que generar una identidad, que hay que diferenciarse. Mi objetivo es hacer poquito y diferenciado”.

Algo que lleva haciendo desde 1991 cuando tomó la decisión de criar y embotellar las uvas de la viña El Pisón aparte de las demás. Las 2,4 hectáreas de esta viña localizada en Laguardia con más de 70 años de edad, marcó un antes y un después en la DOC. Toda una revolución que reivindicaba el vino de terroir. Apenas 6.000 botellas anuales que ahora, más de veinte años después, han desatado este vendaval. Veremos en qué acaba todo…